viernes, 11 de abril de 2014

Unas cuantas palabras.

He leído mucho, de verdad mucho. Libros completos, artículos, frases y citas sueltas. Ni siquiera he seguido algún patrón de discriminación sobre lo que he hecho pasar por mis ojos: un poco de aquí, un poco de allá. Al final, lo que conseguí no fue una mente revuelta sino una especie de... ideas sobre la felicidad, la ambición, el deseo, la vida y quizá hasta de la evolución (ideas que realmente se ven mejor desarrolladas cuando las trabajo y las repaso en mi cabeza que cuando me da por ponerlas por escrito).

miércoles, 21 de marzo de 2012

Realidad distorsionada.

¿Es posible hablar de "realidades"?
Una realidad percibida de manera diferente por cada persona talvez, diferentes formas de percibir una misma realidad; o momentos en que la percepción de la realidad es diferente. Situaciones así.

Los sueños, las ilusiones, las esperanzas, la lógica... cada uno debe alimentar un tipo específico de "realidad".
Pero si eso es posible, ¿qué define cuál es la más auténtica? ¿Por cuál guiarse?

viernes, 16 de marzo de 2012

El Silencio

En alguna parte leí o escuché que es necesario una especie de "gatillo", un cambio lo suficientemente drástico para que te empuje a escribir... pero igual parece que escribimos no sólo como remedio, sino como un intento por ponerle orden a todo lo que pasa por nuestras mentes y quizá entenderlo...


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Hace poco fue mi cumpleaños. Y justo por esos días, justo toda esa semana, todo parecía estar saliendo perfecto: por fin había terminado con la tesis y ya sólo faltaban algunos trámites para completar todo el asunto de titulación, se estaban abriendo nuevas oportunidades de trabajo y  había tenido un inmejorable regalo de cumpleños. Tenía planes sustanciales en mi vida y las cosas parecían estar adecuándose justo para poder llevarlos a cabo y al fin.
Todo iba bien, pero de repente... ya no.

Como tiene que ser, me resistí, me negué, y me enojé bastante. Las emociones emergieron y llegaron a la superficie hasta que hubo tiempo de calmarme, hablar... de nuevo.

Y esta última vez fue como si se tratara de fijar un tratado de capitulación entre dos ejércitos o una tregua, no sé, algo así. Al principio, lo admito, hubo una sensación de paz, de tranquilidad, quizá hasta de confianza; aún cuando la condición principal del acuerdo es un corte completo: ni voces, ni miradas, ni palabras. Cero, nada, el vacío, el silencio y ya.

De cualquier manera no tenía más opción que aceptar, poner buena cara, y así fue... por unos días.
Ahora estoy dividido:Una parte se se aferra a lo positivo y lucha por conservar el optimismo y la esperanza, por confiar en que esas últimas palabras no fueron sólo para ablandar el golpe, que fueron reales y significan. Que es posible y existe aún un atisbo de felicidad...
Pero la otra parte, la que le da vueltas y analiza todo una y otra vez, no deja de encontrar razones para el desencanto y la tristeza; de encontrar huecos en el discurso que parecieran evidencia de traición y mentira, o de hallar razones que me hagan sentir con derecho a hacer reclamos.

Es una ironía todo esto: la manera en que sucede, el momento en que sucede, los antecedentes involucrados, las "razones", los posibles motivos ulteriores... y todo lo que, si lo sigo pensando, no tiene un verdadero cierre.

Me recuerda esa películas en las que los personajes principales se debaten entre el éxito profesional individual o el que les permite involucrar una familia, como si sólo les fuese posible aspirar a tener uno solamente, nunca los dos. Recuerdo que cada vez que veía algo así yo pensaba para mí: "se equivocan al pensar solo en ellos".

Que fácil es la destrucción, el olvido.
¿A dónde se va todo? ¿Dónde poner todo lo que es, lo que ha sido?... ¿y lo que puede ser?

lunes, 31 de octubre de 2011

Si no me das, no me quites.

Por donde empezar...
Podría ser por citar una de las Leyes de Murphy en honor al desánimo general; a lo miserable, lo enojado y lo triste que me siento:
"Si algo va mal es posible que siga empeorando antes de mejorar" (o algo así).
Ya no sé de qué se trata. De verdad.
Pareciera que todas esas cosas que alguna vez he escuchado o leído, fueron meras invenciones con el único propósito de mantener viva alguna clase de esperanza, o algún tipo de ilusión que de una manera u otra permita la continuidad de la vida en situaciones de desaliento.
No es cierto que las cosas buenas le sucedan a la gente buena; o talvez si, y yo he vivido en el engaño pensando y dejándome convencer de que soy una persona buena, cuando en realidad no es así.
No es cierto que las cosas que uno quiere llegan con el tiempo a quien sabe esperar; o el problema sería definir cuánto tiempo hay que esperar y si una vez que has esperado todo ese tiempo hay alguna garantía de que de verdad habrá valido la pena.

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Eso de dejar las cosas en manos de Dios es como ya no hacer nada, ni tener intenciones de hacerlo. Me chocan esas respuestas. Así que la verdad no espero nada, tengo que hacer contacto yo; pero ¿cuándo? La referencia conceptual fue muy vaga, y en general, en estos casos, el corazón le gana a la razón.
El sólo pensar en la situación actual me deja intranquilo, de mal humor y triste casi todo el día. Ni siquiera quiero esperar a que se cumplan las condiciones: no quiero, no puedo.

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A dos días nada más y ... la extraño.

viernes, 26 de agosto de 2011

Ridículo.

No sé qué es más absurdo, declarar tres días de luto nacional por unos cuantos (si, unos cuantos comparados con por ejemplo todos los que han sido ejecutados en el año, o con los niños de la guardería esa que también se quemó, o con todas las víctimas de secuestros que nunca regresan a su casa) muertos en un incendio, o sumarte a causas perdidas en marchas de protesta (sea cual sea la causa) que ya a nadie impresionan; o peor aún, a través de facebook, donde todo se resume en postear algo en tu muro, copiar "anuncios" vaciladores para que tus amigos los propaguen o que acumulen millones de "likes" pero que en realidad se quedan ahí.