Breve historia de un fracaso.

Se vienen ya las elecciones...en poco más de una semana...
Se fue mi oportunidad de contribuir a la contracampaña: pensaba hacer un poco de investigación sobre las acciones más controvertidas de la cámara de diputados en los últimos años, agregar algo sobre la democracia y la "democracia mexicana", y quizá aportar opiniones propias y algunas otras cosas que, como dicen, son del "saber común". Pensaba tomar todo esto y hacer algunos carteles y volantes, pegarlos y repartirlos por todas partes...

Pero nunca terminé. me entretuve y empezaron a aparecer cada vez más cosas que reclamaron mi atención y mi tiempo, y ya no terminé nada. sin embargo en este tiempo comprendí de alguna manera que todo esto hubiera servido de poco. No muchas cosas rompen la costumbre, y es a eso lo que más trabajo le cuesta al mexicano desapegarse.

A paso lento.

Pasaba una manifestación y obviamente los granaderos fueron a
proteger la propiedad privada.

Pues ayer estaba mal: apático, con enormes cantidades de pereza a cuestas, y hasta algo depresivo.
Me costaba caminar y lo hacía particularmente lento. Casi me atropellan en un cruce del metrobus.
El día se diluía de poco en poco. Me pareció larguísimo, y más con eso de que la noche llega pasadas las ocho.

La verdad es que miraba para todos lados y encontraba algún detalle triste o injusto o incorrecto. Pero igual me las arreglé para caminar largas distancias, ver películas que no puedo comprar, tomar fotos y asistir a una inauguración en el Carrillo Gil. Aunque salí ya tarde y me arrepiento de no haber pasado por una chela...
Ni modo, mañana será el desquite.