Cuando era un niño pequeño mis padres me imbulleron (ni siquiera estoy seguro de lo que significa esa palabra, pero por alguna razón me parece correcto usarla) dentro del catolicismo: me bautizaron (aunque, casi irónicamente, con un nombre árabe) y todo el asunto. Luego, por ahí de los catorce, parecía lo correcto hacer eso de la "confirmación" y la "primera comunión" (si, a los 14). Después de eso, como por un año o poco menos, por convicción me confesaba e iba a misa "religiosamente", ja. En realidad no recuerdo qué fue lo que pasó después de ese tiempo, pero me fui al polo opuesto, me convertí al ateísmo primero, y ahora soy más bien agnóstico (no creo ni descreo nada en especial).
Probablemente de todas, sólo la última refleja una verdadera postura crítica... o no.
*********
De repente, sé exactamente lo que quiero para mi próximo cumpleaños. Lástima que falte tanto...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario