lunes, 26 de julio de 2010

Church of the Poison Mind

Tiene razón. De una u otra forma esas ideas habían pasado por mi cabeza pero no me las quería creer. Como si hubiera aprendido a pensar en dejar de lado, en evitar respuestas, en conceder, en simplemente aceptar. Pero al mismo tiempo no es sólo así.

Debe ser sencillo dejarse guiar por una idea. Lo malo es cuando es la idea equivocada.
No sé cómo, cuándo, o por quién dejé que se me fuera "envenenando" la cabeza con ideas inútiles. Me convirtieron en una persona demasiado pasiva y ala que pareciera que nada le importa. Como si me cubriera con un impermeable de todo, y para evitar el daño, "se me resbalara".
Quizá es sólo un método o algo parecido a eso del instinto de conservación: restarle importancia a las cosas, al menos en la mente, sólo para que no afecte. Pero es cierto, usar ese método impide buscar solución a los problemas, y más bien irlos acumulando o arrumbándolos en un rincón. Llenarse de problemas nunca ha sido bueno.

Puede parecer estúpido: estas ideas están en mi cabeza, pero otras de mayor arraigo, más antiguas quizá, se aferran y no desaparecen. Y es entonces cuando ella me recuerda el camino correcto, ese que reconozco pero que por alguna razón me niego a tomar.
Es como si necesitara un lavado de cerebro para poder eliminar las ideas que paralizan todo lo demás. Un ataque de amnesia para desaprender y aprender de nuevo.

Ese debe ser el problema, esa debe seruna de las razones; yo mismo me saboteo en muchos sentidos y entonces nada pasa.
Necesito regrabar el subconsciente, modificar la conducta y restaurar un "realismo optimista". Un pequeño pago a su intervención.


*********

Cada día ella me sorprende más. Voy aprendiendo y descubriendo nuevas cosas. Me maravilla y la admiro.

No hay comentarios: