miércoles, 18 de agosto de 2010

Al amanecer

Con el Bicentenario a la vuelta de la esquina, empieza a verse mayor el bombardeo de lo que se supone es más mexicano, más autóctono, más tradicional: las megapantallas patrocinadas por el gobierno para que conozcamos nuestra historia, el folleto ese que ha llegado a todos los hogares mexicanos y que dice llamarse un libro de historia, el tema musical oficial del Bicentenario, un nuevo Jetta edición Bicentenario y hasta el reencuentro de Garibaldi y su nuevo disco (jaja). Todo eso que debiera ser un nuevo y mejor punto de partida en la transformación de un país, no pasa de convertirse en un espectáculo que atraiga a todos los que digan ser o quieran sentirse muy mexicanos; un continuo marco de referencia y un punto de comparación a partir del pasado que más o menos justifique "los esfuerzos" del gobierno en turno. Patrañas. ¡Sabotaje al Bicentenario!
Pero todo eso me ha hecho notar que desafortunadamente perdí mi oportunidad. Tenía pensado intentarlo a través del arte, una gran exposición (grande en un sentido mas que nada personal) relacionada un poco con "la gran celebración", pero de todas las piezas que debieran conformarla sólo acabé dos. Aunque aún pienso terminarla y llevar a cabo todo el show, no sé si alcance el objetivo que tenía en mente. Pero quién sabe, igual y funciona después.

*********

Alguna vez leí una cita o algo parecido, creo que en un papelito que venía con un dulce o envolviendo un chocolate (en realidad no lo sé, pero cada vez que me acuerdo de esa frase mi mente piensa en el sabor del chocolate), y decía que, parafraseando un poco, tan pronto se entra a una habitación con dos personas es preciso tomar partido. Desde fuera, puede ser sencillo ver las cosas y escoger un lado. Desde dentro, y cuando se trata de tus padres la cosa se complica.
Uno cree saber, imagina cosas, pero a veces resultan ser sólo ilusiones. Las cosas cambian de un día para otro, y poco después ya no hay vuelta de hoja. Y pese a todas las explicaciones que se puedan dar, todas las alternativas que se puedan proponer, nada vuelve a ser como antes.
Al principio creo que estaba demasiado confundido, más allá de que no sentía algo definido, no podía saber qué era lo que se supone debería sentir; era una especie de limbo.
En el proceso, evite entrar a la habitación. Yo no puedo estar sólo de un lado. Es eso falta de juicio? falta de criterio? falta de caracter?

*********

Parece que en este mes he escrito más veces en el blog que en la tesis. Aún tengo mucho que leer, pero mis deseos e intereses por escribir se han renovado. Creo que se acerca una buena temporada; así que espero sacarle jugo en todos los sentidos antes de que los vientos cambien.

No hay comentarios: