Mi padre es invencible. Con este lleva ya dos accidentes en los que un auto y su cuerpo tienen un encuentro nada agradable. No digo que sea como la versión mexicana de Bruce Willis en "Unbreakable", pero aunque esté en un hospital a medio día de distancia, sigue aquí. Por lo mismo, ahora estamos solo mi hermana y yo, luchando todos los días por llevarnos, al menos, decentemente.
No es sencillo. Probablemente la última vez que nos hablamos realmente bien fue hace 10 años. Ahora parece como si siempre estuviera de mal humor y entonces yo me limito a hablar con ella sólo si ella lo hace primero (una especie de medida de precaución, para evitar malas caras, malas palabras y demás).
Si, a veces compartimos menos de lo que debieramos. Envidio otras tantas relaciones de hermanos que conozco; parecen llevarse tan bien, que no encuentro la explicación para que nosotros no seamos así. Recuerdo que de hecho un tiempo en que me hubiera parecido de lo más normal y cotidiano que entre los hermanos existieran relaciones malas o conflictivas: la mía lo era, así que supuse que todas las otras debían serlo.
Lo extraño es que pese a todo, la quiero; aunque casi nunca se lo digo.
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No es la noticia del momento, de hecho no creo que le gane a lo de PEMEX o lo de las aerolíneas (que quien sabe por qué parecen tener mucho que ver), pero con eso de que algunos al hablar de España se refieren a "la madre patria" (¡JA!), me enteré de que ahora quieren otorgarles a los españoles el derecho a votar en las elecciones del país. Parece que se están levantando muchas cortinas de humo, ¿o no?
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