Es horrible querer hablar con alguien sabiendo de antemano que no te contestará.

Me gusta mucho el cine, siempre ha sido una forma de pensar otras cosas, de imaginarme otra vida, otras situaciones, de brindarme explicaciones, de dejarme ir, abandonarme y desaparecer por un rato; estar en lugares más plácidos o al menos más interesantes.
Me siento triste, otra vez.
Y por alguna razón, toda película que veo últimamente, me hace recordar, imaginar, extrañar y llorar. Todas.
Todas tienen algo triste... y otra vez me deprimo.

Necesito otras cosas, no lo que se supone ya tengo. Eso ya no sirve. Es como vivir por rutina, por costumbre. Y es que lo que necesito es llenar ese hueco que me produce la enorme sensación de soledad, o al menos una o varias distracciones para recordarlo menos... Pero como no quiero olvidar-la, posiblemente nada pase, nada cambie.

La escuela está por terminar, tengo planes, pero no sé con seguridad qué es lo que sigue y eso es desesperante, deprimente y casi trágico. Mi única meta constante (si no muero pronto o mi memoria empieza a fallar) es vivir cerca del Centro.
Quizá entonces, quizá algo suceda, quizá...

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Las últimas palabras que han logrado hacer un eco en mi mente han salido no de libros ni cosas así, sino de la vida diaria, de la TV y pláticas con amigas:

1) Comparado con el resto, yo soy casi virgen.


2) Prefiero mal acompañado, que solo.

3) Debe ser difícil intentar hablar con alguien sabiendo de antemano que no va a contestarte.


4)

Mujer: - Queremos cosas diferentes. -
Hombre: - Todos queremos cosas diferentes, y aunque cada mañana nos levantemos con la intención de lograr obtener todo eso que deseamos, no significa que necesitemos todo eso para ser felices.-
Mujer: -¿Qué necesitas tú para ser feliz?-
Hombre: -A ti.-