sábado, 10 de mayo de 2008

Del desvarío.

Por ahora soy todo y soy nada; no se siente como si lo que soy fuera realmente yo. Es casi como un colapso, una convulsión. Nada se define, tampoco yo. Soy como una gran madeja de nervios, abiertos y expuestos a la hipersensibilidad.
Puedo reír hasta llorar, pero eso no es más que una pantalla; llorar sin reír es más sencillo, y de alguna manera, más auténtico.
A pesar de que me siento (otra vez) deprimido, sólo quiero participar en un juego personal de venganza y destrucción: cobrarme todo por las malas.

...this is what you get when you mess with us.

Me estoy cansando de intentar comportarme, de ser buena gente. La gente mala vive mejor, sufre menos y tiene pinta de ser más feliz. Quizá sea sólo cuestión de karma; y en ese caso, el mío ha de estar pesadísimo.

Luego se me juntan un montón de otras cosas en la cabeza y ya no las puedo procesar, se satura mi memoria y olvido uno que otro asunto, incluso cuando se trata de algo reciente. Como manifestaciones esporádicas de un futuro ataque de Alz Heimer.

Una idea extraña se me ha cruzado entre las pocas neuronas que se mantienen intactas, y va llenando los espacios libres de mi mente: Ya es tarde, para todo, ya es muy tarde. Como si a mi edad la vida ya se me hubiera ido de las manos, como si ya hubiera perdido las mejores oportunidades... ¿oportunidades de qué? de lo que sea. Es como si ya nada fuera factible. Y es que en mis circunstancias, resulta más sencillo ver las cosas del lado de lo posible pero no del lado de lo probable.

Ahhhhh, y luego el hastío. Quiero gritar. Sé que de alguna forma me ayudaría, pero no me atrevo, por miedo, quizá el más absurdo de todos mis miedos: no grito por miedo a sonar como "nena" (ja, ¡¡ ridículo !!). Así que lo cambio, me hago a mi mismo un cambalache, y en lugar de gritar, canto; con intensidad y vehemencia, pero quedito.

El aislamiento, el olvido, la soledad, y los instantes depresivos... En fin.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo.
___Julio Cortázar___