domingo, 27 de abril de 2008

Advertencia:

[Este es un post sobre L...., la soledad y cosas relativas. Nadie que pueda ya estar harto tiene la obligación de leerlo (pueden pasar al que sigue).]

Si, si, ya sé, ya sé. Debo tener algún complejo, deficiencia intelectual, trastorno psiquiátrico, enfermedad del alma o algún padecimiento similar; algo grave y sin cura... A tanto tiempo (o tan poco), pese a las distancias en una ciudad que una vez me pareció tan pequeña, aún con lo que sé; a pesar de todo (demasiados pesares): la pienso y la recuerdo con una constancia más o menos crónica. Y lo hago de la mejor forma, cosas buenas y bonitas, únicas lo definiría mejor. Y aunque con esa misma constancia recuerdo que extraño a esa mujer, en esas pequeñas memorias vienen unos diminutos accesos de felicidad; los pocos segundos de auténtica felicidad que puedo experimentar a últimas fechas. Pienso en esas cosas y recuerdo unas palabras escritas por Saramago:

"...gente feliz, dicen,
y no hay en el mundo verdad más verdadera en este momento..."

Así pasan mis días. Y sin dudarlo me atrevo a decir que seguirán pasando de la misma forma por un tiempo, largo, no sé cuanto, pero largo. Y no lo digo por alguna falta de optimismo, de voluntad, de fé; no, lo digo porque no soy alguien que pueda cambiar lo que siente fácilmente. El tiempo es cruel y la distancia también, pero cuando los dos se juntan pueden ser una verdadera mentada de madre: el olvido. Sin embargo (una forma elegante de decir pero), yo la recuerdo, con tristeza y alegría, melancolía, locura, emoción, desconsuelo. Es demasiado y no creo poder ni siquiera empezar a entender como la intimidad* que se logra en tantos años puede dejar de importar y desaparecer.

Pero sucede. Y si por casualidad nos volviéramos a ver, a cruzarnos en la calle, supongo que sólo podría, tristemente, sonreír...

Puede parecer que como muchos han dicho ya, tenga yo una obsesión con L.... No es así. Simplemente creo tener concepciones diferentes (quizá demasiado idealistas) de algunas cosas. Quizá también, de manera agregada, sea el miedo. Mi miedo a estar solo, que regresa con más fuerza cada vez.

* (entiéndase bien esta palabra, no me gustaría que me malinterpretaran) me refiero al conocimiento mutuo y la compenetración que se da entre la gente a través de la confianza

****************

Sense & Sensibility. ¿La han visto? ¿La han leído? Me declaro fan de Jane Austen, y de Ang Lee.

5 comentarios:

Bob dijo...

Si siguen apareciendo banners de mercado libre comenzaré a bombardear tu blog. primero unos dimes y diretes, luego traeré a banda malacopa, luego el sirako vendrá y le prederá fuego a lo que queda.

Ya dije gabaccio

Y este día del niño, chin, ya no me tocaron los dálmatas de los que habló la licha, ni modo.

Anónimo dijo...

Me oigo en tus palabras, e muy triste... somos muy tristes.

Y el tiempo pasa y es como si no pasara... mugroso!

O.M.A.R. dijo...

¿Mugroso? ¿Yo?
Si sí me baño... (cada tercer día como dios manda)y me hecho menjurjitos para no oler feo.

¡Pura difamación!

Anónimo dijo...

¿tú? NOOO!! El tiempo es el mugroso... bueno no sé si eso de cada tercer día... jejeje :D

Sigues con el corazón roto?

O.M.A.R. dijo...

Mmm... no sé.
La explicación de eso requeriría un nuevo post, no un comentario.

Gracias por los suyos.