domingo, 9 de marzo de 2008

Apresurando conclusiones...

Y son este tipo de cosas las que te van comiendo de a poco.
Primero si, luego no, luego parece que si, regresa el no, la posibilidad aparece de nuevo, y un rotundo no se impone de inmediato. Además de los efectos y consecuencias que estos eventos dejan tras de sí en corazones frágiles como los enamorados hasta la obstinación, vierten también una enorme cantidad de confusión, desasosiego, alteración de nervios y una exagerada recaída en los mundos de la melancolía y la tristeza.
La desesperanza se asoma y cuesta tanto trabajo no dejarla entrar.



Recién noté que soy muy malo para esto del Amor, aún estando listo para darlo todo (la vida, el destino, dios) alguien me juega chueco...

Como dijo un gran poeta: "Quisiera darte a nadie para que regresaras sin siquiera haberte ido...", o algo así.

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