viernes, 14 de marzo de 2008

A veces todo es peor (ja).

¿Qué tan difícil es poner una grapa? Por supuesto todos lo hemos hecho y sabemos que no mucho, mucho menos con la ayuda de una engrapadora.

Hace un rato, por un pequeño lapso de tiempo, salí de mi estadio de pereza extrema y decidí ponerme a hacer algo para poder entretenerme en esta semana de vacaciones. Pinte unas minitelas (mejor dicho, les puse un fondo blanco) y luego corté unas cartulinas. Pues estaba yo listo para engrapar unas cuantas hojas de bristol, no pensaba usar más que unas 30 grapas, ya contando lo que pudiera salir mal. Preparé todo: medí, separé la engrapadora para que no estorbara el pie pero siguiera funcionando como soporte, ajusté, musiquita de fondo...todo listo.

Pero nada salía como se suponía.

Y mi mamá impávida, mirándome mientras yo quería reventar a cada una de las grapas que me impedían avanzar. Si, intentó ayudar, pero sucede que cuando algo parece ir mal y sólo permanecen ahí mirando-me me empiezo a irritar (más). En fin, con un gran esfuerzo logré concentrarme y contenerme. No hubo problemas entre mi madre y yo.


Marcador: 2 grapas bien puestas (las últimas)
24 grapas más o menos puestas en su lugar (tras mínimo tres intentos cada una)
84 grapas muertas en la batalla (rotas, torcidas, dobladas sobre sí mismas, etc.)

2 comentarios:

Bob dijo...

Las grapas son lo de hoy, por lo visto. Sean negadas, prestadas o se doblen, son lo de hoy. Mi engrapadora es USER FRIENDLY, así que eso de trabarse y comerse las grapas no pasa en este hogar cristiano.
¿la chabela tiene blog? Voy para allá.

Anónimo dijo...

uyyy "mijo" pues te lo dice alguien que estubo a punto de tu sabes que, te sugiero....la lleves suave, leve, tranquilo, todo en la VIDA tiene solución, hasta los malos matrimonios (hablo de casos extremos) te iba a decir algo más...que Muchas GRACIAS. Creeme, vale la pena sufrir.