sábado, 29 de marzo de 2008

Yo no lo se de cierto, pero lo supongo...

...Así abren unos conocidos versos de un famoso poeta chiapaneco, que pese a todo nadie está obligado a conocer. De hecho yo lo conocí gracias a una de sus admiradoras apenas hace unos años, casi al mismo tiempo que descubría el género en su totalidad.

Y es que así fue: yo sólo sabía de la poesía de oídas, la conocía por su definición de diccionario o por sus escasos y cortos ejemplos que encontrabas en los libros de español de la SEP. Quizá por eso, incluso, había llegado a desarrollar cierta aversión hacia palbras como: poema, poesía, poética, poeta, verso, declamatoria, etc., y a todo tipo de encomienda que tuviera que ver con eso. El sólo pensar en palabras como esas me provocaba tal pesadez mental y ganas de mandar todo al carajo por la sensación de que el mundo moriría de aburrimiento tan pronto un poema fuera leído. Creo que aún hay algo ahí, en esa palabra: po-e-ma.

¿En qué momento me sobrepuse a eso? No lo sé. De repente entras a la prepa y español se convierte en literatura, conoces cosas, conoces gente... y zas! te empieza a interesar la poesía, luego te gusta, memorizas alguna. L.... tiene la culpa (jajaja).

Ahora puedo sentir que extraño leer cosas así, que son como una necesidad. Hay que ponerse al corriente.

********************************



Siempre (ouch, aprovecho aquí para darme yo mismo un jalón de orejas, una tanda de zapes y hasta hacerme calzón chino por hacer caso omiso de lo que pregono: hay que tener mucho cuidado al decir "siempre" o "nunca", el significado de estas palabras es absoluto) he sentido ese impulso de reír de este tipo de cosas. No por la única intención de ofender, sino simplemente porque me parece una enorme pérdida de tiempo y de agudeza mental.

Si, en cierta forma esa gente se forma para ser candidatas a mi burla, pero de alguna forma se salva; y no por ellos, sino por mi. Y con esto no quiero decir que sea yo demasiado bueno, pues seguro no lo soy.

De hecho, (y como bien dijo hoy una amiga) eventos recientes me habían hecho decidir ser más malo con el mundo. No sé, me parece que a la gente mala le va mejor: tiene más suerte, menos remordimientos, menos o nulos problemas de consciencia, y de alguna forma consiguen lo que quieren... Por eso quería dejar de ser la persona "buena" que creía ser y empezar a ser malo y cruel.

El plan no funcionó, o al menos no he sabido concretarlo de ninguna forma.
Sólo una idea se mantiene fija en mi cabeza que podría llegar a parecer mala a los ojos de los demás. De hecho a mi mamá se la conté jugando y dijo que dejara de hablar así porque la espantaba.

Pero como dicen por ahí: "Nadie escoge el mal por el mal en sí, sino por un bien superior"

**********************

Cuando pensé en la hora de esta primera "marca", de inmediato asumí que estaría en mi casa y que no sería difícil mantenerme despierto unos minutos más...
Después me dí cuenta de que no dormiría mucho.
Así que estando en un espacio virtual, pero común, siendo la hora acordada sólo dejo esta X.

2 comentarios:

sirako dijo...

leí el post en desorden y me hice bolas bien machín.

pero algo quiero decirte; las personas malas fingimos ser buenas para que nos quieran.

Bob dijo...

Coincido con el Sirako-Uo, la gente buena finge ser mala para que hablen de ti, de una u otra manera. Oh, no.

Deberías ver cómo habla el Bukowski de los poetas. Jo jo jo.

Ya vi las fotos de la pieza de Jumex, pero son demasiadas y la compu se convulsiona cabrón cabrón.

Uno no decide ser malo, pasa. O sí se hace, pero pasa.