Tranquilidad. Paz. Sentir que la vida vale la pena por una razón, o mejor dicho, una sóla razón que me haga sentir que la vida vale la pena.
Este estado, esta inconsistencia de sensaciones, de sentimientos; este ir y venir entre un total atocigamiento, un desgano por lo más mundano (me faltan deseos para todo, incluso me cuesta trabajo pensar en morirme: confirmo, estoy deprimido) sea reír, ver la televisión, asomarme a la calle...
Me recuerdan esa canción "No surprises", así es como me gustaría que fuera todo ahora: una casita, un jardín, una vida tranquila con un poco de amor, un poco de ella...
Y encima de todo, una larga semana de vacaciones. Quiero llorar.
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